Esta crema es para Julia. Y para gente como Julia.
Para quien, teniendo la fiel sensible e irritable ante el frío y las inclemencias del invierno, no va a renunciar a seguir practicando deporte en contacto con la Naturaleza en esta época del año.
Por eso, hemos diseñado una crema facial especial para calmar, nutrir, proteger y cuidar.
Es una variante de invierno de nuestra crema facial Nubes, especial para pieles sensibles. Por eso la hemos llamado Nubes de invierno.
En realidad, no es una crema al uso: su textura de manteca batida y sus ingredientes tan potentes, la convierten en un bálsamo terapéutico.
Ingredientes: Manteca de Karité, manteca de cacao, oleomacerado de caléndula y manzanilla en aceite de almendras dulces. Aceite esencial de katrafay, Aceite esencial de incienso, aceite esencial de lemongrass, aceite esencial de manzanilla azul.
La manteca de karité actúa recubriendo la piel con una película invisible que evita la deshidratación y la protege de las agresiones externas, como el sol, el viento o los cambios bruscos de temperatura. Es muy eficiente en la regeneración de la piel, calma las pieles irritadas y es uno de los más efectivos antienvejecimiento que existen en la naturaleza. Además, lo que es muy importante también en invierno, ayuda a proteger la piel de las radiaciones UVB y UVA actuando como protector solar.
Mejora la elasticidad de la piel por sus propiedades nutritivas y su alto contenido en vitamina F, componente vital de las membranas celulares.
Es un anti-irritante por excelencia, lo que convendrá a las pieles que enrojecen con facilidad, con tendencia alérgica.

Los aceites esenciales que se han diluido en este bálsamo le aportan una gran riqueza terapéutica, ya que son específicos para las pieles sensibles en invierno:
El katrafay es especialista en combatir arrugas, para pieles secas, tonificante y anti-inflamatorio. También combate el picor, las pieles atópicas, las alergias cutáneas y la piel seca. A nivel psico-emocional, va a permitirte cargar las pilas en épocas de bajón o de estrés.
El incienso es especialmente utilizado por sus propiedades cicatrizantes. Tónico cutáneo, reafirmante, anti-edad y antidegenerativo. No sólo combate las arrugas y regenera la piel, sino que armoniza y reestructura los ritmos biológicos, físicos, inmunitarios, emocionales y psicológicos, y aporta un aroma reconfortante, que favorece la calma.
El lemongrass es antiinflamatorio, tónico de los tejidos, mejora la circulación sanguínea. Aporta un aroma suavemente cítrico, sin ser cítrico, por lo que se evitan sus inconvenientes de fototoxicidad. Es ansiolítico, reconforta y revigoriza, adecuado para luchar contra el cansancio y el desanimo.