Buscando armonía y equilibrio con nuestros ritmos biológicos, hemos diseñado dos cremas faciales esenciales.
Durante el día necesitamos vitalidad, por la noche, descanso. En el día buscamos agilidad, por la noche, calma. Por el día queremos protección; por la noche, regeneración.
Por qué no acompañar a nuestro cuerpo en sus ritmos, y bailar al son que toca ayudados por la sintonía de unos aceites vegetales y esenciales que nos marcan el paso del baile???
Es más fácil bailar con un acompañante amoroso que guía con destreza y con firmeza.
Nuestros acompañantes de día son el aceite de albaricoque, que hace resplandecer la piel; el aceite de argán, el gran escudo protector que preserva nuestra humedad cutánea; y el aceite de avellana, que calma, alivia y suaviza cualquier tipo de piel absorbiéndose con rapidez.
Y los aceites esenciales?
POR EL DÍA, LEMONGRASS, GERANIO Y LITSEA CUBEBA
Por el día, el lemongrass, pariente de las citronelas, cuyo aroma vivifica y revigoriza a la vez que calma la ansiedad; el geranio, que lucha contra la flacidez de la piel y equilibra, armoniza y aporta seguridad eliminando tensiones; y la litsea cubeba, aroma evocador de cítricos -que atrae a los ángeles-, alegre, amable, facilitador, entusiasta, que favorece la comunicación y nos aporta las ganas de hacer, facilitándonos las tareas diarias.
POR LA NOCHE, LAVANDA DE SEVILLA, ZANAHORIA, JARA E INCIENSO.
Por la noche, los grandes reparadores anti-edad, especialistas en manchas y arrugas: el aceite esencial de lavanda de Sevilla, que también induce a la calma y la relajación interna; la zanahoria, que nos reconstruye la piel y nuestro interior, reparando los problemas que somatizamos; la jara, el gran especialista de las pieles dañadas y del envejecimiento cutáneo, y el incienso, reafirmante, antidegenerativo y armonizador del sistema nervioso central, reestructurando los ritmos biológico, físico, inmunitario, emocional y psicológico.
Neuroemoción en la cosmética. Neurocosmética. El poder de las plantas para nuestra salud y bienestar.