Esta máscara de pestañas está compuesta esencialmente por aceite de puro de ricino y vitamina E.
Este aceite, rico en vitaminas y minerales, fortalece y alarga las pestañas.
El aceite de ricino, gracias a los ácidos grasos oleico, linoleico y palmítico, tiene la capacidad de suavizar y dar brillo a las pestañas, al mismo tiempo que evita que se vuelvan finas y poco visibles y, además, consigue que las cejas se vean más marcadas y bellas, así como también evitar que se debiliten.
El aceite de ricino estimula los capilares situados debajo de los ojos, de esta forma mejora la circulación y disminuye la formación de ojeras.
Está recomendado también para orzuelos y otras lesiones oculares puesto que cicatriza y desinfecta.
Gracias a su textura, facilita mucho un buen desmaquillado, y se recomienda también su uso para fortalecer el cabello y las uñas.
Usamos un aceite de ricino de primera presión en frío y de cultivo ecológico, por lo que no lleva tratamientos químicos ni productos incorporados refinados. Debemos de cuidar no extender este aceite por una herida, llaga o piel abierta.
Precisa de un uso continuado, convenientemente por la noche, al irnos a dormir, y también incluso puede usarse por la mañana, si se quiere intensificar el tratamiento, ya que es transparente y puede aportar un ligero brillo a nuestra mirada.
Se han encontrado semillas de ricino en tumbas egipcias. El aceite de ricino es originario de África y de la India, y se extrae de las semillas de una planta llamada ricino (Ricinus communis).
Aunque las semillas de esta planta son una toxina muy potente, el extracto de aceite siempre ha sido usado para aliviar dolores de estómago y problemas de estreñimiento.
Su apariencia es clara, incolora, es más denso que otros aceites y tiene un olor más bien ligero.