Los cuidadores aunque lo parezcan no son superman, no son invencibles, aunque demuestren en muchas ocasiones una fortaleza fuera de lo común. Y sobre todo en estos tiempos de pandemia, puede que entren en una situación de agotamiento emocional o físico o los dos, o uno que lleva al otro, caracterizado por una carga mental que les pesa, de la que no se pueden librar cuando llegan a casa, la imposibilidad de desconectarse, de descansar, de parar, de ocuparse de otras cosas, por ejemplo, de ellos mismo, cosa que siempre suelen olvidar. A parte del cansancio físico que es más fácilmente reconocible, el cansancio psíquico o emocional debe captar nuestro interés ya que se trata de una mochila invisible, pero que va comiendo la energía que esa persona necesita no sólo para mantener alto su nivel de entusiasmo y fortaleza anímica, tan necesaria para su trabajo, sino para que esa fortaleza también les quede para ellos, y cuando se van a casa.
Ante este problema de carga psíquica, de agotamiento emocional, de pérdida de energía vital, que no es igual que la física, que la pueden seguir manteniendo, ante esta situación anímica que en principio es invisible, pero que como no se atienda y desocupe, va a ir ocupando la parte física, y van a ir brotando problemas de cansancio, debilidad, y lo que venga…ante este problema, tenemos la buena noticia de que contamos con una serie de aceites esenciales que vienen al rescate, y que pueden ser utilizados como herramienta de acompañamiento en un proceso de recuperación de la pila de energía, de estas personas, que parece que la tienen alcalina, inagotable, y la ligereza de su mochila, que parece que les cabe todo, y que sus espaldas aguantan todo con una sonrisa, pero cuyo peso, aunque no nos lo parezca, les llega a pesar también a ellos demasiado.
Hay muchos aceites que podemos utilizar, como el Abeto negro, el saro, el incienso, etc. (para ampliar información consulta el siguiente enlace de esta página web pinchando aquí)
La aplicación puede ser vía inhalatoria, a través de un difusor de aceites esenciales, vía tópica, a partir de la aplicación en la piel de esos aceites o de masajes con ellos, a través de un baño relajante en el que incluimos esos aceites, o del uso de un Stick inhalador para una inhalación profunda y directa en caso de necesidad.
Tanto la vía de aplicación como la combinación concreta de los aceites esenciales debe diseñarse para cada persona en concreto por personas cualificadas, a través de formulaciones personalizadas. Aquí no se puede generalizar, ni por supuesto, ponerse por vuestra cuenta a usar uno u otro sin un asesoramiento cualificado.
Pero lo que sí que podéis tener seguro es que, aplicados de forma rigurosa y pautados por un profesional, pueden ayudar al Cuidador a recargar sus pilas, y a desocupar su mochila emocional, para que sigan cuidándonos, tan bien como lo hacen.