Coenzima Q10 y nuestra piel

La Coenzima Q10 es una molécula que produce de manera natural nuestro organismo, y se utiliza por nuestras células para producir energía, participa del desarrollo celular y es un potente antioxidante lipídico, lo que significa que evita procesos de daños celulares que desembocan en enfermedades. La Q10 es esencial para el cuerpo humano, ya que actúa como un componente central del metabolismo energético en las células. En este proceso, la energía de los alimentos se convierte en energía propia del organismo, que las células necesitan para sus procesos vitales.

Un adecuado nivel de Q10 mejora nuestra salud cardíaca, la recuperación ante el estrés, la fatiga y las migrañas, protege el cerebro, regula la glucemia y ayudan a la prevención del cáncer.

Sin embargo, su producción por parte de nuestro organismo se reduce a medida que cumplimos años. Hay otras situaciones además de la edad, que provocan una disminución de sus niveles, tales como el estrés, las deficiencias nutricionales, enfermedades gástricas o entrenamiento físico intensivo o sobreesfuerzo mental.

Podemos acudir a una fuente natural de Q10 como son determinados alimentos como por ejemplo el salmón, las sardinas, el aceite de oliva, las semillas de sésamo, los pistachos, crucíferas como brócolis o coliflores y frutas como fresas o naranjas.

Si hay una deficiencia de Q10, la piel envejece más rápido y aparecen las arrugas. Esto se hace visible con la edad, cuando el contenido de coenzima Q10 en las células de la piel disminuye.

Mediante la aplicación directa sobre la piel de la coenzima Q10 se pueden reducir el envejecimiento prematuro cutáneo, producido tanto por la edad, por los desequilibrios hormonales internos o por los agentes ambientales como los rayos UV, por lo que es un ingrediente muy valioso en las cremas faciales, por su capacidad de ayudar, cuidar y proteger la piel.

TODAS NUESTRAS CREMAS FACIALES DE DÍA, incluyen siempre la COENZIMA Q10, especialmente indicada para pieles maduras, secas, deshidratadas y sensibles, de uso recomendado a partir de los 30-35 años, o antes en función de las necesidades de la piel.

La coenzima Q10 es un potente antioxidante, protector, regenerador y reafirmante. Tras su aplicación tópica, se produce una disminución de las arrugas finas de expresión, un incremento del grosor y elasticidad de la epidermis y un aumento de la producción de colágeno en nuestra piel, lo que contribuye también a reducir la aparición de arrugas.

Según algunos estudios dermatológicos, añadida a las formulaciones cosméticas la coenzima Q10 es capaz de reducir la profundidad de las arrugas, proteger y mejorar el estado general de la piel. Eso sí, requiere de un uso continuado y constante, para que pueda proporcionar resultados visibles, mínimo cinco semanas de uso continuado y mantenido en el tiempo si se quieren mantener los resultados.

La coenzima Q10 para uso cosmético suele incluir una mezcla de squalane vegetal, ubiquinone de origen vegetal y acetato de vitamina E. Derivada de fuentes naturales, se obtiene por biotecnología, a partir de la fermentación de bacterias y levaduras, con el fin de producir una forma de Q10 -ubidecarenona- que resulta de más facilidad de absorción por la piel y el cabello.

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