BERGAMOTA. Citrus bergamia
La bergamota es una pariente del naranjo dulce, pero no tiene un gran parecido con él, por su aspecto, sus ramas espinosas y sus frutos redondos como naranjas en miniatura pero de color verde oscuro y amarillo en su madurez, en forma de pera.
Este cítrico, de la familia de las rutáceas, aunque es originario de Asia tropical, se cultiva mayoritariamente en la isla de Sicilia y en el Sur de Italia, en Calabria, (también hay plantaciones en Costa de Marfil, Estados Unidos, Turquía y aquí en España) y se usa fundamentalmente en perfumería, cosmética, en confitería, y como ingrediente del famoso Te Earl Grey, ya que sus frutas aromáticas, de exquisita esencia, son demasiado ácidas para su consumo.


Aunque podríamos tomarlo vía interna para problemas digestivos, ya que es un potente carminativo, digestivo y laxativo, y cuenta con usos interesantes en el campo de la dermocosmética, al tratar acné, eccemas, psoriasis o seborreas, el uso de la esencia de bergamota más interesante que ahora os vamos a recomendar en estos tiempos es en difusión ambiental, sobre todo porque es un gran calmante del sistema nervioso central y un gran purificante antiséptico.
La esencia de la bergamota se obtiene exprimiendo en frío sus cáscaras, y posee un delicado aroma fresco y cítrico, a mi modo de sentir, cautivador, junto con una composición bioquímica más compleja que el resto de los cítricos. Dominique Baudoux lo define como “polarizante, bioelectrónico y armonizante incluso superior al de la mandarina”, y lo considera como uno de los mejores productos aromáticos para combatir los efectos del estrés y sus patologías relacionadas.

Te recomiendo que lo pruebes en tu difusor de aceites esenciales para combatir la depresión y la angustia.

La esencia de bergamota calmará tu agitación, tu irritabilidad, tu mal humor, aportándote alegría y buen humor, y propiciando un estado de serenidad que te ayudará a tranquilizarte y a conciliar el sueño, si lo usas al finalizar el día por la tarde-noche.
La esencia de bergamota debiera presidir tu lugar de trabajo, o el lugar de estudio y juegos de tus hijos, ya que propicia un ambiente más comunicativo, tranquilo y relajado, menos violento y agresivo, porque promueve el equilibrio nervioso.

Combate la negatividad y el desánimo, algo tan necesario en estos tiempos invernales y pandémicos. Te aporta alegría favoreciendo un ambiente relajado.

Antonia Jover, en su libro de Aceites esenciales contra el estrés, señala que la esencia de bergamota tiene propiedades antidepresivas, al igual que la lavanda, tal y como ha quedado demostrado en estudios recientes, y lo aconseja especialmente para los que sufren de ansiedad y los que están “atrapados en pensamientos negativos” y los que desean romper con dependencias.
Es una de las esencias más fotosensibilizantes que existen, por lo que se desaconseja su uso antes de una exposición al sol. Si te lo aplicas en la piel -aunque esté diluida- y después te expones al sol, cuentas con un altísimo riesgo de provocarte enrojecimiento y quemaduras graves, con manchas indelebles, y también es cáustico por lo que puede causar irritación cutánea si lo usas en estado puro.

Modo de empleo: Añade 8 gotas en 150 ml. de agua destilada de tu difusor de aceites esenciales, y difunde durante media hora.
Precauciones de uso: No usar puro en la piel, ni tampoco diluido en verano o antes de exponerse al sol. No utilizar por vía oral si se está tomando un tratamiento anticoagulante.

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