SUMIDADES FLORIDAS de MILENRAMA. Achillea Millefolium
Trata enfermedades circulatorias, varices, hemorroides, flebitis, hipertensión. Remedio digestivo contra las digestiones lentas, diarreas, ardor y nervios en el estómago. Alivia el síndrome premenstrual, los dolores menstruales, los de la menopausia, arritmias cardíacas, estados de ansiedad. Para resfriados, gripes, bronquitis, asma, alergias, fiebre del heno. Ayuda a mantener la memoria en buen estado.
La milenrama ha sido una de las diez plantas más usadas por los indios americanos, según recoge Clara Castelloti en su libro de Fitoterapia energética. Tal era su nivel de versatilidad, que la denominaban “botiquín”, ya que era utilizada en las más variadas enfermedades, sobre todo en trastornos estomacales, heridas, faringitis y hemorragias nasales. También la empleaban en el parto, ya que acortaba el proceso y reducía los dolores. Era aplicada también para limpiar la sangre de toxinas.
Al observar cómo crece esta planta donde la tierra ha estado maltratada, decían de ella que curaba también las heridas de la tierra, no sólo las del hombre.
Las distintas tribus usaban toda la planta, incluida la raíz, incluso en caso de picaduras, o bien como desodorante. Otros cocían sus raíces y hojas para realizar baños antiartríticos, o reduciendo en polvo dichas raíces para aplicarlas en compresas en caso de ciática. Las mismas raíces en infusión se utilizaban para tratar resfriados y enfermedades venéreas, y la raíz directamente machacada, era un gran alivio para muelas doloridas.
El cocimiento de la planta entera era un tónico reconstituyente y de forma externa se usaba también como colirio y en las afecciones de la piel.
Por su gran poder antiséptico, se la puede denominar la mercromina de la naturaleza.
Muchos herboristas la denominan “la maestra de la sangre”, ya que según conocían en la antigüedad, sus propiedades más destacadas son las de ser vulneraria, cicatrizante y hemostática, con poder para detener las hemorragias.
Tiene un gran poder circulatorio: coagula la sangre o la hace más líquida según sea necesario, posee un control neurovascular, regulando incluso el flujo de la sangre allá donde sea necesario y según el caso lo requiera.
Tiene una potente acción diurética sobre los riñones. Es a la vez refrescante y caliente, y el ejemplo perfecto de un remedio herbal que puede ser de enorme ayuda con acciones contradictorias que pone en práctica siendo capaz de normalizar condiciones opuestas.
Es ideal en las enfermedades infecciosas y un eficaz depurativo usado como loción externa en dermatitis y acné.
El abad Kneip la consideraba como una planta de la mujer, aconsejando una infusión al día a todas las mujeres, desde la primera regla hasta la menopausia, y tanto por vía interna como externa, para regular el ciclo menstrual, controlando bochornos y sudores nocturnos en la menopausia, limitando las náuseas en el embarazo, reduciendo dolores y hemorragias durante el parto. Según Christophe Bernard, es el mejor descongestionante uterino, aunque si la toma de sus infusiones provocara períodos más abundantes, habría que combinarla con la bolsa de pastor, o sustituirla por otra planta.
Ideal también como tónico digestivo, pudiéndose emplear para flatulencias, gastritis, inapetencias y úlceras. Aumenta la secreción del jugo gástrico y la bilis.
A nivel nervioso, es útil para promover la claridad mental y la percepción.
Milenrama en combinación con la menta, favorecen la sudoración y la eliminación de toxinas, con la salvia aumenta su poder astringente y nervina, y junto a la manzanilla, mejora sus propiedades estomacales.
Es una planta medicinal poderosa, por lo tanto, conviene no utilizarla simplemente como prevención, sino para curar, por ejemplo, en caso de gripe.
En los últimos años, tal y como nos indica Palmira Pozuelo en su libro Remedios herbales de la antiguedad, se han investigado los componentes de la milenrama, y los hallazgos han venido a ratificar todos los beneficios que a esta hierba se le atribuían desde la antigüedad.
Su alto contenido en flavonoides, aceite esencial rico en azuleno y sílice, le confiere su acción antiinflamatoria, vulneraria, hemostática y cicatrizante, indicada por tanto en heridas, llagas, úlceras, quemaduras y hemorroides.
Su contenido en principios amargos explica su acción digestiva, hepática y aperitiva.
Su actividad hemostática explica su actuación ante el dolor menstrual y las reglas con abundante sangrado, así como su acción beneficiosa en afecciones venosas, flebitis, varices y hemorroides.
Su infusión ejerce también un ligero efecto sedante, y ayuda en el control de la glucemia.
Y vayamos ahora con algunas recetas:
INFUSIÓN: En infusión, añadir unos 5 gr. de hojas secas de milenrama por taza de agua, cuando el agua vaya a hervir, tapar y dejar reposar diez minutos. Tomar dos veces al día después de las comidas principales. Recomiendo preparar poca cantidad cada vez, ya que con el tiempo se oscurece y deteriora.
DECOCCIÓN: En decocción, dejando hervir en un litro de agua, un buen puñado de hojas y flores, durante 5 minutos, dejar reposar 10 minutos y filtrar, para lavados externos en heridas y zonas inflamadas, en baños de asiento para hemorroides y en baños de piernas para varices.
OLEOMACERADO: En aceite, macerando flores secas en aceite de oliva durante cuarenta días al menos, para utilizar en cremas y bálsamos para venas varicosas y hemorroides.
VINO: O en vino, dejando macerar 50 gr. de sumidades floridas en un litro de vino blanco durante 15 días y filtrar, para tomar dos copitas al día antes de las comidas como aperitivo, o después de las comidas como digestivo, o bien tomado alejado de las comidas, para quien sufre hemorroides, varices o menstruaciones escasas o dolorosas.
Según la medicina antroposófica, donde crece la milenrama podemos sentir la llamada de la naturaleza en favor de la vida, porque tiene la facultad de atraer las fuerzas vitales, con su potente facultad regeneradora.
Nuestra milenrama procede de cultivo propio en ecológico en nuestro Jardín aromático, y la recolección que únicamente se puede realizar una vez al año, en el momento justo de su floración, que suele ser en primavera o verano, dependiendo de las condiciones climatológicas de la estación. Está secada convenientemente en nuestros secaderos de Cantabria. En algunas ocasiones podemos tener para la venta.