El madroño. Plantas de invierno

El madroño (Arbutus unedo) es un arbusto o pequeño árbol perennifolio que florece de octubre a febrero y sus frutos se pueden recoger de noviembre a diciembre.

Forma parte del típico paisaje mediterráneo de matorrales densos e impenetrables, pero también se cultiva por su hermosa floración invernal siendo muy utilizado como árbol ornamental en parques y jardines.

La corteza y sus hojas contienen taninos, y en sus hojas se concentra un glucósido denominado arbutina que se convierte en hidroquinona cuando se elimina por orina. Es una sustancia antiséptica por lo que sirve para tratar infecciones de las vías renales y urinarias, como cistitis y también en infecciones vaginales. Además, es antidiarreico, hipoglicemiante e hipocolesterolemiante. Utilizándose además como apoyo en el síndrome de colon irritable. Aplicadas externamente se usan como antiséptico bucal y astringente en infecciones en la boca y encías sangrantes.

Sus frutos son bayas globosas y cubiertas de púas comestibles que comienzan siendo verdes y se vuelven de color rojo anaranjado en su madurez.

Su nombre científico Arbutus unedo, proviene de «arbor» que significa arbolillo y «unedo» que significa solo uno, para indicar que, aunque es comestible, mejor solo comer uno de sus frutos, ya que suele producirse la fermentación en los frutos maduros generando etanol y comer muchos puede generar embriaguez. Por esta razón, a los madroños también se los llama borrachines. Entre los romanos era un árbol sagrado, dedicado a la ninfa Cardea.

Sus frutos son ricos en antioxidantes del tipo de los antocianósidos, carotenoides y flavonoides, y proporcionan también vitamina C y E, por lo que ayuda a prevenir los procesos infecciosos. Son ricos en pectina, flavonoides, azúcares y ácido gálico que contribuye a reducir el colesterol y el azúcar en la sangre, mientras que su vitamina P hace fortalecer los capilares y aumentar su permeabilidad.

Numerosos estudios hablan del madroño como una fuente potencial para la obtención de fitofármacos útiles en la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades. Se debe continuar con investigaciones biodirigidas para el desarrollo de antioxidantes, antihipertensivos y antiinflamatorios basados en los principios activos del madroño.

Podemos utilizarlo también para realizar bellos centros navideños, ya que el color rojo de sus frutos ha de estar presente en las decoraciones navideñas pues es símbolo de la sangre que se renueva y de la vida que renace a partir de este Solsticio.

RECETAS CON MADROÑO:

Los madroños se pueden tomar frescos, o bien usarlos para preparar confitura, mermelada, licor o zumo y también se utilizan para aromatizar y elaborar licores. Contienen una gran cantidad de azúcares (20%) que a menudo por fermentación natural pasan a alcoholes que fermentados proporcionan un vino de madroño, que destilado se convierte en brandy de madroño, que es preparado en algunos países mediterráneos.

Cocción de hojas de madroño: En un litro de agua echar 40gr de hojas. Hervir durante unos 15 minutos tapado y dejar reposar. Colar y tomar dos o tres veces al día.

Mermelada de madroño: Lavar y triturar hasta formar una pasta. Añadir su mismo peso o algo menos de azúcar integral o panela. Añadir el zumo de un limón. Calentar durante 30 minutos a fuego moderado. Podemos añadir casi al final, 1 o 2 cucharaditas de agar en polvo para que quede gelificada.

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