LA CUARESMA, EL AYUNO Y LAS DIETAS DETOX

Transitamos ahora, dentro del tiempo litúrgico del calendario cristiano, por la Cuaresma: seis semanas de purificación y preparación espiritual que conduce desde el miércoles de ceniza hasta el Jueves Santo, época de ayuno y abstinencia en el que se recuerdan los 40 días que pasó Jesús retirado en el desierto y ayunando.

Sin embargo, no son patrimonio cristiano estas prácticas, ya que han sido parte de las tradiciones humanas desde la prehistoria. Hay evidencias de abstinencia entre algunas tribus nativas de Norteamérica, en la antigua Grecia y en el Perú precolombino, como una experiencia básica para el cuerpo humano que se atribuía a la necesidad de elevar el pensamiento hacia la espiritualidad.

La acción de ayunar ya aparece mencionada en el Upanishad, los libros sagrados hinduistas, no sólo en la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, sino también en el Corán, en el Talmood, el código religioso judío, y en el Mahabarata, un texto mitológico de la India.

Por lo tanto, las prácticas de reducir los alimentos como rituales enmarcadas en diferentes formatos, aparecen presentes en las grandes religiones de occidente y de oriente, y en todas ellas, parecen representar de algún modo, una necesidad de limpiar el cuerpo y priorizar el alma o el espíritu sobre el propio cuerpo, a través del sacrificio y la purificación, adquiriendo una fuerte simbología religiosa.

Todas las culturas de la antigüedad han practicado el ayuno: los griegos con el fin de ganar en salud y longevidad. Todos los padres de la medicina, desde Hipócrates hasta Galeno o Paracelso, lo han recomendado no sólo como prevención incluso para el tratamiento de graves enfermedades.

Pitágoras exigía a sus alumnos un período de ayuno antes de impartir sus enseñanzas

“Casualmente” este momento cuaresmal coincide con el final del invierno, y la preparación para la llegada de la primavera, momento en el que actualmente, desde el punto de vista de la nutrición y de la medicina actual, se nos aconseja dar un descanso al cuerpo con un tiempo de ayuno, recomendación que, independientemente de la orientación espiritual que cada uno quiera otorgarla, en todo caso constituye un descanso que nuestro cuerpo necesita, una práctica que nos permite purificar  y sanar cuerpo, lo que no sólo consigue que funcione mejor, sino que va a despejar y clarificar nuestra mente.

El descanso a nivel digestivo tiene enormes beneficios a nivel general del organismo: superar el miedo a morirnos de hambre y a debilitarnos al dejar de comer, trae como recompensa un inesperado aumento de nivel de nuestra energía, una mayor levedad y ligereza no sólo física sino también mental, una mayor claridad de pensamiento que nos permite, en un viaje necesario al interior, descubrir cuáles son nuestras fuentes de ansiedad, detectarlas, mirarlas frente a frente y sanarlas.

No es el alimento material el único y el que más necesitamos, sobre todo en una sociedad sobre (y mal) alimentada.

Así que no es ninguna mala idea, sin necesidad de convertirnos a ninguna religión, y sin necesidad de que ninguna autoridad moral nos obligue por precepto o devoción, cuidar nuestra salud con estas prácticas de ayuno y abstinencia, simplemente por una cuestión de salud integral, que, sin embargo, nos abre la puerta fácilmente, a descubrir o acrecentar nuestra dimensión espiritual o religiosa, que forma parte de nuestra naturaleza esencial, y de la que tenemos bastante hambre y carencias.

Estamos hablando de esto que se ha puesto de moda como la dieta DETOX, que tiene que ver con la práctica de unos días de restricción alimentaria, unos días de ayuno, unos días de abstinencia, y una limpieza profunda a nivel interior, buscando cada uno, en función a sus circunstancias particulares y momento vital, la mejor forma de practicarlo.

Beneficios físicos

La mejoría que notaremos tendrá un efecto no sólo a nivel físico, con la mejora de problemas alérgicos, digestivos, menor sensación de pesadez, alivio de dolores musculares y articulares, sino que descubriremos una mayor agilidad y nivel de energía, y también lo notaremos en la reducción de brotes de ansiedad, y una mejora a nivel de nuestra piel.

Preparación para la explosión primaveral

Esta limpieza y eliminación de toxinas nos deja el organismo limpio, libre y a pleno funcionamiento, para afrontar la primavera, tiempo de máxima vitalidad, que nos demandará una explosión de energía, a la que podremos hacer frente si nuestra máquina perfecta se encuentra a pleno rendimiento, libre de cargas y bloqueos.

Las plantas, de cara a la primavera, nos ofrecen enormes posibilidades de renovación y depuración de nuestro organismo, plantas que comienzan a brotar en nuestros campos y montes, y que nos acompañan una vez más, en este nuevo cambio de ritmo que sucede en cada estación.

Por eso, antes de la llegada de la primavera, en torno a diez días antes de que entre y diez días después, es conveniente realizar una limpieza y depuración orgánica.

Esta sociedad dedica más tiempo a la limpieza y apariencia externa -demasiado- pero muy poco a la limpieza profunda del interior. Y la necesidad de una depuración y limpieza orgánica se hace en estos momentos de máxima contaminación medioambiental, más imperiosa que nunca, ya que ha quedado ampliamente demostrado que es esta contaminación que nos rodea la responsable de muchas de las enfermedades que nos asolan.

Así que conviene volver los ojos a la verdadera farmacopea regeneradora del reino vegetal, que siempre ha estado y está a nuestro alcance, y volver a utilizar las propiedades depurativas y detoxificantes de las plantas medicinales, silvestres o cultivadas, que ya utilizaban nuestros abuelos.

Estos saberes actualizados y renovados nos pueden acompañar en todo el proceso de limpieza a nivel intestinal, con plantas como el llantén y la malva, a nivel hepático, como el romero o la fumaria, a nivel renal, como el diente de león y el abedul, y a nivel pulmonar, como el tomillo y las yemas de pino.

Receta herbal detoxificadora:

Te animo, a que acompañes tus momentos de ayuno y abstinencia, con una TISANA DETOX mezclando a partes iguales llantén, romero, diente de león y tomillo. Tomamos una cucharada sopera rasa de la mezcla por medio litro de agua, en dos infusiones a lo largo del día.

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