Del olivo sagrado, también las hojas

El olivo es un árbol divino para las culturas antiguas, venerado desde la Antigua Grecia, símbolo de la inmortalidad -por su resistencia y durabilidad-, del poder divino de la vida y la fertilidad, a cuya sombra nacían los hijos de los dioses. Para los griegos el olivo era el símbolo de la victoria, representada por Atenea, la diosa de la sabiduría, a quien le fue otorgada la soberanía de su capital, por hacer brotar de un golpe poderoso de su lanza, un olivo lleno de frutos, y por ello se bautizó a esa ciudad como “Atenas”, en su honor[1]. Desde ese momento, se coronaba con ramas de olivo a los vencedores olímpicos, símbolo también de la tolerancia y la paz entre los pueblos.

El olivo es un árbol sagrado para las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam, representando la luz, el alimento, la purificación.

Es símbolo de la paz desde que, en la historia del diluvio del Antiguo Testamento, la paloma lleva a Noé una ramita de olivo como señal de que la ira de Dios se ha apaciguado y las aguas vuelven a su cauce.

Con todo su simbolismo, su herencia cultural compartida, es de desear que el olivo sea una inspiración para que brote la paz en una región que acoge a judíos, musulmanes y cristianos, árabes, israelíes y palestinos.

Los nobles romanos quemaban ramas de olivo para purificar y proteger sus ambientes y la tradición católica las bendice el domingo de Ramos recordando quizá cómo Jesús se reunía para orar a su vera, pasando a representar para los cristianos por ello también un símbolo de protección para sus hogares.

Del aceite de oliva ya han corrido ríos de tinta alabando sus innumerables propiedades: omnipresente y sagrado en las culturas mediterráneas[2], todo el mundo lo reconoce como el mejor de entre todos los aceites vegetales, un gran sanador tanto interna como externamente.

Hemos preferido esta vez detenemos en las hojas del olivo, populares en la medicina tradicional pero un poco -o un demasiado-eclipsadas en la actualidad por la fama universal del poder de su fruto.

Prodigio de la tecnología botánica

Las hojas del olivo son un prodigio de tecnología botánica: con un color verde intenso por el haz, en el envés plateado se alojan unas escamas microscópicas encargadas de reducir la evaporación y con ella, la pérdida de agua, cuando hace calor y vientos intensos. Cada escama mide tan solo una sexta parte de un milímetro de ancho, aunque bajo el microscopio[3] con bastantes aumentos, nos parecen parasoles con volantes superpuestos[4]

Se empleaban para usos medicinales ya desde las culturas antiguas, quizá iniciándose en el Antiguo Egipto[5], donde cumplían una función sagrada, dedicadas en ofrendas a dioses y difuntos formando parte de coronas, guirnaldas y collares, sino que también servían a los vivos, usadas para combatir la fiebre.

En la medicina tradicional, se han utilizado para bajar la tensión y la fiebre, y como diuréticas, en decocciones e infusiones. Cocida y tomada en ayunas, se recomendaba antiguamente para controlar el azúcar, en Jaén[6], lo que corrobora investigaciones realizadas recientemente, de resultados muy esperanzadores, ya que descubren muchos beneficios para el sistema cardiovascular e inmunológico, habiendo quedado demostrada así mismo su actividad hipoglucémica[7] y sus propiedades antivirales.

Preparados fitoterápicos con las hojas de olivo se incorporan por su utilidad en el tratamiento de pacientes afectados por este tipo de trastornos y enfermedades, pero no sólo aquí radican sus efectos benéficos, sino que también los demuestra a flor de piel.

Hojas de olivo para la piel

Por los efectos de sus hojas en la piel, el olivo es un árbol sagrado también en cosmética: previene el envejecimiento celular, retrasando la aparición de los signos de envejecimiento, nutre y purifica, calma la irritación, repara el daño de afecciones cosméticas como las dermatitis, estimula el crecimiento de piel nueva mejorando la circulación, además de proteger contra los efectos nocivos del clima y los contaminantes ambientales.

La oleuropeína es el polifenol más activo presente en las hojas de olivo, y debido a su enorme poder antioxidante, colaboran en la prevención del envejecimiento tanto de la piel como de las células, siendo por tanto un complemento fantástico para mantener la elasticidad natural de la piel, para que luzca más tersa y suave durante más tiempo.

Los preparados cosméticos con extractos de Hoja de Olivo son adecuados para pieles sensibles o atópicas (psoriasis, eczema, dermatitis atópica, …), ya que, debido a las propiedades de algunos de sus principios activos como la citada oleuropeína, actúa sobre las células dañadas, reduciendo los síntomas habituales de picor, enrojecimiento, costras, placas, etc. que presentan estas pieles.

Otra de las cualidades que aportan estos extractos es la protección de la radiación ultravioleta, evitando manchas solares o lesiones cutáneas provocadas por la exposición solar continuada.

Beneficia a pieles sensibles o atópicas, pieles con psoriasis, y, aquellas castigadas por el sol que se manifiestan por la aparición de manchas solares. Refuerza mucho la piel y engrosa las pieles finitas y delicadas.

Retrasa la aparición de los signos del envejecimiento, nutre y purifica la piel, calma la irritación, repara el daño, reduce el enrojecimiento, hidrata, estimula el crecimiento de nuevas células y mejora la circulación.

Hojas de olivo para el cabello

Incorporado también a preparados capilares, sobre el cabello, el extracto botánico de hojas de olivo aporta hidratación y brillo a la vez que trabaja para aportar suavidad. Colabora en el tratamiento de la alopecia y aporta su capacidad de protección contra los efectos dañinos de la sobreexposición a la radiación UV.

El olivo de nuestro Jardín aromático

Gracias al cuidado de los últimos años del olivo de nuestro Jardín aromático, ya podemos destilar y elaborar extractos con la generosidad de las hojas que nos regala, y pasan a formar parte de los contenidos de nuestros cursos formativos, preparados artesanales cosméticos y artesanía en madera.


[1] Imaz Fernández de Troconiz, María Begoña: Herbario medicinal urbano, Tundra, 2023.

[2] Sanz Bascuñana, E.: Aromaterapia sagrada, 2012.

[3] Para ver imágenes de estas visiones microscópicas, consultar: rincon_2018 (olivaryescuela.tk)

[4] J. Drori: “La vuelta al mundo en ochenta árboles”, Blume, 2019.

[5] “La oleicultura en el Antiguo Egipto” José Manuel Alba, tesis doctoral:  https://www.asajajaen.com/actualidad/estudian-los-vestigios-la-oleicultura-antiguo-egipto

[6] https://www.conecte.es/index.php/es/plantas/2510-olea-europaea-var-sylvestris/print?layout=print

[7] Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, el extracto de hoja de olivo ayuda a reducir en un 15% la sensibilidad a la insulina, y de aumentar su producción, por parte del páncreas, en un 28%. Aplicaciones y usos del extracto de hoja de olivo – Nutexa

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