Para obtener el extracto de crisálida de seda, se utiliza la oruga de la mariposa Bombix mori, conocida vulgarmente como «gusano de seda», que es el único insecto completamente domesticado que existe. Unos días antes de su proceso de metamorfosis acelera su voracidad a fin de almacenar una gran cantidad de energía para los días en que permanezca dentro del capullo. Fabrica el capullo con un único hilo continuo de seda elaborado con dos proteínas (fibroína y sericina) que puede llegar a medir hasta 1.500 metros. El gusano de seda habrá necesitado almacenar su interior, tanto para fabricar el hilo de seda, como para su propia reserva de alimento una gran cantidad de sustancias de altísima potencia.
Los monjes enviados por Justiniano para predicar el cristianismo a Oriente, quinientos años después de Cristo, burlaron la vigilancia y sacaron semillas de morera y huevecillos del gusano de seda en el hueco de sus bastones de bambú.
Sin embargo, en el mundo occidental el aceite de crisálida fue descubierto de manera casual en Córcega. Fue en la primera mitad del S. XX, cuando un médico observó que cuando las mujeres que trabajaban en la fábrica de seda se hacían cortes al separar el gusano del capullo, éstos sanaban con celeridad, cicatrizando totalmente sin dejar signos de herida. Además, sus manos eran suaves y “sedosas” a pesar del trabajo manual duro.
A partir de ese momento comenzó una serie de experimentos con mucho éxito en pacientes con quemaduras, psoriasis, eczemas…y actualmente se están llevando a cabo investigaciones en Medicina Regenerativa.
Seda también es el título de uno de mis libro-tesoros…os recomiendo vivir unos momentos mágicos, a través de sus palabras.
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Seda, Alessandro Baricco, 1996 |
«Seda es una bellísima historia de amor, disfrazada de libro de viajes….es un hermoso libro de viajes, disfrazado de historia de amor. Seda no es una historia… puede que ni siquiera sea un libro, y se trate de un complejo «Kanji», o ideograma chino, que Alessandro Baricco se ve obligado a inventar, para dar nombre a esa melancolía que produce la vida cuando pasa» Rafael Pérez Castells.