Por fin nos ha nacido en el Jardín Aromático, los primeros ejemplares de Lunaria¡¡¡ Hace años que la perseguimos y que sale a nuestro encuentro, hace años que detectamos sincronías en sus apariciones, es una planta mágica¡¡¡
En una ocasión, recibimos el regalo de un ramo de lunarias secas, una bonita sorpresa de unos queridos amigos, que sabían que nos encantaba esta planta, y al poco rato asistimos a la ascensión de la inmensa y brillante luna llena, sobre los árboles de la montaña en la que pernoctábamos. Tanta casualidad no puede ser sólo eso, algo tenía que ver la luna en ello¡¡¡
En otro momento, y teniendo a la luna en cuarto creciente, a poco de llenarse completamente, en una de nuestras excursiones campestres primaverales, nos llama la atención en una huerta en ruinas de un pueblo casi totalmente abandonado, una planta bellísima, de flores moradas, que no conocíamos, y que resultó ser la lunaria.
También en luna llena la vemos asomando en nuestros viveros por primera vez, las primeras plantitas de las semillas aquellas del año anterior, que luego desaparecieron misteriosamente.
Y de pronto, con la fuerza de una nueva primavera, aparece de forma imprevista en un lugar de nuestro Jardín Aromático, donde no fue plantada, donde ella ha elegido florecer¡¡¡

Así que, por alusiones, os tengo que hablar de la lunaria¡¡¡
La Lunaria es una planta herbácea que podemos encontrar en bosques algo húmedos especialmente en primavera y otoño. Su nombre botánico Lunaria annua, hace referencia a la relación con la luna por la forma de sus frutos.
Según la alquimia vegetal, en toda planta encontramos una signatura o señal gracias a la cual sabremos la fuerza creadora con la que se corresponde y el órgano o proceso en el que actúa. Decía Paracelso que esa señal o signatura nos servía para para saber si una planta era medicinal o no, ya que dicha señal es lo que la hace diferente al arquetipo general de los vegetales, y esta planta desde luego nos da señales para que nos fijemos en ella.
La fuerza creadora, como definió Paracelso, también llamada “Espíritus Mundi” puede actuar sobre la materia a partir de siete fuerzas planetarias, que se manifiestan no sólo en las plantas, sino en todo lo creado, y que se pueden observar en la gama de siete colores en los que se descompone la luz cuando atraviesa un prisma, visible al formarse el arcoíris.
En cada planta se manifiestan esas siete fuerzas, pero una de ellas va a ser la dominante, así de esta forma podemos hablar de las plantas de la luna o de la signatura lunar que se reconoce en la lunaria.
Las plantas absorben la luz, viven de la luz y se forman a partir de ella, y junto con el agua, el aire, la tierra, la materia orgánica y sus principios activos. Sin embargo, cada planta, según sea su signatura, va a absorber de la luz, una determinada longitud de onda; en este caso, las plantas lunares absorben más la gama que corresponde con el color violeta.
Que una planta haga mención a la luna, nos obliga a levantar nuestra mirada de la tierra y dirigirnos al universo, hacia la vista del satélite que acompaña a la Tierra y al que debemos agradecer tanto*¡¡
Gracias a la Luna, nuestro planeta es seguro, estable y propicio para la vida, ella hace posible nuestra existencia¡
El ángulo de 23,5 grados de la tierra se mantiene estabilizado y bajo control gracias a la Luna, que garantiza que nuestro planeta es seguro para vivir, ya que una inclinación más exagerada causaría estaciones más extremas.
Gracias a la gravedad de la luna, la Tierra no se tambalea de forma violenta sobre su eje, lo que produciría unas alteraciones drásticas sobre el clima. Y es la gravedad de la luna quien ayuda a generar la energía necesaria para mantener el campo magnético de la tierra, que es nuestro escudo, el que nos protege del dañino viento solar y las partículas de rayos cósmicos.
No es casualidad que las culturas antiguas la hayan venerado y adorado, y en muchas de ellas existe la diosa o el dios de la luna, con ese carácter protector sagrado que ya se le atribuía.
Y la existencia de la Luna es de vital importancia, no sólo para la vida animal y vegetal, sino para el equilibrio de todos los ecosistemas y el medio ambiente.
(* Os recomiendo vivamente ver el documental de la BBC «Do we really need the moon? con la Dra. Maggie Aderin Pocock, https://www.youtube.com/watch?v=VHNvPb2gbgM&t=99s, yo creo que uno de los mejores documentales que he visto nunca¡)

Aunque su epíteto annua se refiere a que es anual, es muchos casos es bianual, qué significa esto, pues que dedica dos años a florecer y luego muere. El primer año suele dedicarse a hacer una mata y raíces gruesas y con esa energía acumulada, se dedica el segundo año a emitir un tallo floral muy potente y a florecer a destajo. Tras su floración muere. Pero la gran cantidad de semillas que emite y que lanza al viento asegura su supervivencia y continuidad.
La lunaria es pariente del berro y de las coles, al pertenecer a la familia de las crucíferas. Sus tallos comienzan a crecer en primavera con hojas verde claro, de forma algo acorazonada y alargada, con bordes aserrados. Sus flores de cuatro pétalos de color morado, nos recuerdan un poco a las del alhelí, pero nos llaman la atención sobre todo sus frutos, llamados silicuas, que en este caso son muy especiales, ya que, por su forma prácticamente redondeada, y su color anacarado al secar, recuerdan a la luna llena. A finales de la primavera y principios del verano estos frutos son de color verde y en su interior contienen de tres a seis semillas también circulares.
Las silicuas circulares de la Lunaria
Cuando sus frutos maduran se abren para dejar caer sus semillas. En su interior existe una membrana nacarada que separa las dos partes del fruto, de modo que cuando se abre y caen las semillas, queda la membrana nacarada en el centro, especialmente brillante y bella. Por esa forma y aspecto fue llamada Lunaria o hierba de la luna por su parecido a la fase de luna llena.
Tradicionalmente se le ha dado un uso ornamental, por la belleza de sus frutos redondeados, delicados y con aspecto plateado nacarado, formando parte de arreglos florales, que últimamente han caído en desuso, no entiendo por qué.
También se la asocia con la buena suerte económica pues por su forma también se la llamó hierba de las monedas, y por sus supuestos poderes mágicos se empleaba en hechizos y rituales relacionados con la atracción del dinero y la fortuna.
Para los alquimistas medievales, las plantas relacionadas con la luna suelen tener flores moradas y sin olor como en este caso. Para ellos, como explicaba Palmira Pozuelo, macro y microcosmos se relacionaban entre sí “como es arriba es abajo”. Así la luna regía en el ser humano el área de la cabeza. Hoy en día, la ciencia ha venido a reconocer con resultados algunas nuevas indicaciones y componentes de esta planta que confirman esta antigua relación: se sabe que los frutos de la Lunaria contienen una sustancia llamada ácido nevron, con utilidad en tratamientos para enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o la esclerosis múltiple.
La parte medicinal utilizada son las semillas, las hojas y las raíces.
- Las semillas contienen los siguientes ácidos grasos: nevronico, palmítico, oleico, esteárico, erúcico, linoleico.
- En las hojas en cambio hay alcaloides (tales como la lunarina), enzimas y glucósidos.
- Las raíces contienen compuestos glucósidos, vitamina C y antioxidantes naturales.
- Tradicionalmente se le han atribuido propiedades estimulantes, diuréticas, estomacales y antiescorbúticas. Y popularmente se usaba contra la gota.
Como el resto de crucíferas, es una planta rica en vitamina C y glucósidos azufrados, benéficos para la detoxificación hepática. Pueden comerse sus hojas más jóvenes, recogidas antes de la floración, crudas y añadirse en ensalada aportando cierto toque picante. Las raíces se utilizan como comestibles pelándolas antes de la floración.
Sus semillas tienen cierto sabor picante, y con ellas se hace también una salsa o mostaza, introduciéndolas un cuarto de hora en agua fría y salándolas a gusto. Para rebajar el sabor picante habrá que añadir vinagre o agua caliente, que inhibirán proporcionalmente la reacción enzimática.
Receta de MOSTAZA con semillas de Lunaria (de Palmira Pozuelo)
También podemos añadirles algo de vinagre para rebajar el sabor picante, y algo de sal. Debido a la intensidad de su sabor, se recomienda usarla como acompañamiento y en pequeñas cantidades.
Ingredientes:
- 50 gr de semillas de lunaria
- 80 ml de vinagre de vino blanco
- 80 ml de vino blanco seco de buena calidad
- Una cucharada de sirope de arce o de arroz (o panela)
- Una cucharadita de cúrcuma
- Media cucharadita de sal
Elaboración:
Dejar macerando tres días en la nevera en un tarro de vidrio. Una vez pasado el tiempo triturar toda la mezcla y guardar en el frigorífico.
Consejo: Puedes macerar previamente las semillas unos 15 minutos en agua fría. Para disminuir el amargor se puede dejar tres días destapado el tarro con la mostaza en el frigorífico.