Hierbas (y recetas) contra la tristeza

Rebuscando en la bibliografía de plantas, me encuentro con un breve pero inspirador trabajo titulado Hierbas contra la tristeza, y su título me pareció tan oportuno para esta época, que me animé a dedicarle un espacio en nuestro blog y en nuestro programa de radio de El Jardín de la Salud.

El documento en cuestión lo podéis encontrar en abierto por internet, ya que su autora te permite consultarlo y compartirlo para que circule de manera gratuita, solidaria y libre. Su autora es la mejicana Yadira López, miembro de una saga familiar matriarcal, nieta, tía e hija de mujeres que han usado y transmitido la sabiduría de las plantas para el cuidado de sus familias de generación en generación, guardianas de conocimientos ancestrales para la sanación y el bienestar de sus gentes, y que mujeres en la actualidad, como Yadira, se empeñan en que esta corriente de comunicación y sabiduría no desaparezca.

Sentir tristeza, como dice Yanira en la introducción de su breve manual, es un proceso natural en nuestras vidas, que nos sirve para crecer, renovarnos, reconstruirnos y replantearnos quiénes somos y lo que es más importante, quién queremos ser. Aunque forma parte de un proceso de crecimiento y desarrollo personal, no deja de ser una experiencia dolorosa, ante la cual, las hierbas contribuyen a ayudarnos a restablecer cuerpo, corazón y mente, nos ayudarán a recomponernos, a pegar nuestros trocitos de nuevo, y a coger fuerzas para seguir caminando.

Alejados entre nosotros muchos miles de kilómetros, Yanira en Méjico y nosotros en este rincón norteño de España, sin embargo, nos podemos sentir muy cercanas porque convivimos, casi en su gran mayoría, con las mismas plantas que ella cita en su manual, que tenemos a nuestro alcance de forma sencilla, para ayudarnos en el tránsito doloroso de superar momentos de tristeza.

¿Y qué plantas compartimos? Pues compartimos, y vamos a hablar y daros algunas recetas de plantas como el hipérico, la lavanda, el romero, el naranjo, el geranio, la menta, el eucalipto, el cedro. Yanira también valora otras como la bergamota, pachuli y la citronela, y nosotros incorporamos a esta lista de hierbas contra la tristeza, aportaciones y recetas…

Y vamos con las recetas:

  • Uno de los regalos que nos hacen las hierbas para liberarnos del cansancio físico que la tristeza nos provoca es un baño caliente, a base, por ejemplo, de infusión con hierba sanjuanera, que no deja de ser más que el hipérico, común por nuestros prados y caminos en verano, que se coloca en agua hirviendo, y se añade al baño, dejando como dice Yanira que el calor nos apapache, que es la forma dulce de decir, nos abrace, nos reconforte, nos acoja, nos consuele. O bien podemos poner unas ramitas en infusión y endulzarla con miel, aunque es mucho mejor endulzarla con momentos felices, recuerdos luminosos que aconsejo que atesoremos en una cajita en nuestro corazón, siempre dispuesta a abrir y disfrutar. Si junto a la miel, endulzamos con una compañía agradable, y con alguna risa, poco a poco, vamos a sentirnos mejor.
  • Otra planta que va a venir al rescate de nuestras penas es la lavanda. Muchas veces, las inseguridades que se han plantado en nuestro ánimo han hecho crecer la hierba amarga de la pena, y para llevársela, nada mejor que colocar un poquito de lavanda seca, o unas gotas de su aceite esencial debajo de nuestra almohada, ya que su efecto nos aliviará la tensión, y se llevará esa incomunicación y cerrazón que a veces nos atenaza, y no nos deja expresar lo que sentimos y alejar el miedo que nos paraliza.
  • Pon una maceta de romero en tu vida. El romero desprenderá su aroma alcanforado para despejar nuestra mente de rumiaciones negativas y recurrentes, nos ayudará a disminuir esa confusión y embotamiento mental del que a veces sentimos que no podemos salir. Y si no tienes la maceta de romero a mano, conecta tu difusor de aceites esenciales, con unas gotas de romero alcanfor, y disfruta del momento de activación mental y alegría que te traerá su aroma.
  • El naranjo es un árbol maravilloso que nos puede restaurar la energía debilitada, equilibrar nuestro sistema nervioso y elevar el ánimo caído: pon unas hojitas de naranjo en infusión y escribe lo que te duele o apena, para que lo saques de tu corazón y dejes espacio para la esperanza. Si inhalas unas gotas de la esencia de sus flores, hará circular la energía bloqueada, rescatándote de las penas e invitándote a la acción firme y segura de camino a tu bienestar. Si difundes en el ambiente la esencia de su cáscara te inspirará para la creatividad, te sacudirá la apatía y la pesadez del cuerpo y te incitará al movimiento con entusiasmo. Y si te das un masaje con unas gotitas de la esencia de sus hojas, que es el petit-grain, eliminas contracturas y tensiones musculares de un plumazo, para andar ligera y libre de tantos nervios que te bloquean y atenazan.
  • Yanira nos aconseja tener a mano una planta de geranio, para que, con su cuidado y atención, recuperemos la confianza perdida, y ese sentimiento angustioso de desprotección y abandono que a veces nos asola. Pero si además puedes incluir unas gotitas de su aceite esencial en tu colonia habitual o en tu crema facial, esta flor alegre y colorida llevará luz y color a tu rostro y a tu vida.
  • ¿Y la menta? Los griegos ambientaban sus casas con aroma de menta, frotaban las tablas del suelo con menta para recibir a sus invitados como símbolo de hospitalidad y la usaban en el agua de sus baños para fortalecer el cuerpo, darles valor y vitalidad y de paso, perfumarse. Puedes tomarte una infusión de menta, o incluirla en un baño perfumado y entusiasta. Recuerda que las palabras menta y mente no están lejos, así que no olvides que la menta clarifica, refresca, expande, reconforta. Y puedes aplicarte simplemente una gota de su aceite esencial en las sienes y en la nuca, para despejarte de forma instantánea y sacudirte cansancio y embotamiento.
  • Yanira aconseja tomar también unas hojitas de eucalipto en infusión, para aumentar la fuerza anímica que nos ayudará a combatir la tristeza. Yo, además, os invito a que probéis su hidrolato: añadiendo simplemente una cucharada en un litro de caldo o agua caliente, te traslada toda su poder energetizante, especialmente en esos días en que la tristeza se pasa por el agua de días fríos y húmedos. Y, por qué no?, hazte unos vahos con una infusión de hojas de eucalipto, o unas gotas de su aceite esencial¡ No necesitas estar resfriada para disfrutar de la amplitud respiratoria y de la energía que el oxígeno purificante del eucalipto te proporciona.
  • Y por último, os aconsejo, mejor dicho, os receto, el CEDRO. A menudo, la tristeza nos aisla de las personas que nos rodean, y el cedro viene a nuestra ayuda, fortaleciendo los lazos sociales que nos reconfortan y acogen. El cedro nos hace recordar que nunca estamos solos, que no tenemos por qué pasar solos los momentos tristes, así que abrazamos su tronco y despedimos esa tristeza que nos aisla de los que nos quieren. O déjate abrazar por el aceite esencial de su madera y sus agujas, que te recomponen si añades unas gotitas en el ambientador de tu hogar.

Además de todas estas “hierbas” que compartimos con personas allende los mares, y que nos pueden aportar su energía sanadora, están otras como la bergamota, la mandarina, el pachuli, la verbena exótica, el limón, el laurel…al final de su manual, Yanira te cuenta su historia propia, íntima, de las tristezas acumuladas en su vida, en su familia.

Como decía uno de nuestros escritores más ilustres de Cantabria y más querido por mí, Manuel Llano:

«Todos tenemos en el alma muchos nudos de esas penas silenciosas, como dramas de conciencia…»

Y para recuperar la alegría, os queremos dejar como despedida, un mensaje de ilusión y ánimo a través de las plantas, de las hierbas y de su energía:

Todo esto pasará. No estás sola

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.