¿Cuál es tu relación con las plantas?

Nos han educado en la cultura de preocuparnos de nuestra salud cuando enfermamos, en vez de ocuparnos de nuestra salud para no llegar a enfermar.
No podemos seguir pensando en las enfermedades causadas por agentes externos, como loterías malvadas que nos vienen a castigar. Según dijo Bob Ingersoll: “Sufrir no es un castigo, es un resultado. En la naturaleza no hay ni recompensas ni castigos, hay consecuencias».
Conviene asumir que somos responsables de mantener el cuerpo que habitamos en buenas condiciones, ya que es el primer territorio en que vivimos, es nuestro “primer ambiente” como dice Eduardo Marconetto, antes de defender otras consignas ambientalistas.
Y la gran misión de las plantas es acompañarnos para habitar la salud, para mantenernos en salud, en vez de emplearlas únicamente para combatir una enfermedad o anular un síntoma.
¿Se comprende la enorme diferencia? No se trata de emplear una planta u otra. No es una cuestión de plantas. Sino de entender la razón por la que voy al encuentro del alimento y la medicina vegetal.
Si usamos las PLANTAS MEDICINALES para anular un síntoma, sin comprender su origen, únicamente estamos reemplazando pastillas por plantas, sin conocer la gran oportunidad para nuestra sanación que nos ofrece la medicina vegetal.
Ella nos invita a considerar al dolor y a la enfermedad como el lenguaje del cuerpo al que tenemos que escuchar atentamente, para que nos conduzca al origen del desequilibrio causado, antes de esconderlo o atacarlo para que desaparezca, sin enviarnos su valioso mensaje de que “algo” estamos haciendo mal.
Las plantas medicinales nos permiten limpiar, restablecer el orden interno, dejar actuar a nuestros sistemas defensivos en un terreno libre de toxinas y bloqueos.
Las plantas medicinales nos crean el espacio necesario para que lleguemos a desentrañar el origen físico, mental, emocional o social que ha desencadenado el desequilibrio, y con él, la enfermedad, porque sólo desde el origen se puede producir una verdadera curación.
Y tú? ¿Cómo usas las plantas? En tus hábitos diarios para mantenerte en salud, o como simples sustitutos de los fármacos químicos?

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