Laurus nobilis, el laurel es el símbolo de la inmortalidad, de la victoria y de la luminosidad. Se asocia a Apolo, y coronaba las cabezas de héroes, genios y sabios.
Presente en los triunfos militares de César, y después en los diplomas de todos los bachilleres, ya que la palabra «bachiller» proviene del latín «baccalauri» que significa «bayas de laurel». Su uso más conocido y habitual es el culinario, por sus beneficios para la digestón y su poder aromático, pero habitualmente, se desconocen sus otras e innumerables cualidades terapéuticas.
Además de ser aperitivo, digestivo y carminativo, ayuda a recomponer la flora intestinal, es suavemente diurético y antirreumático.
En uso externo, es antiinflamatorio, rubefaciente y vasodilatador. Es bactericida, mucolítico, expectorante, antivírico y fungicida. Es un potente analgésico y antineurálgico. Equilibra el sistema nervioso, aportando fuerza y valor.Se ha recomendado también como ahuyentador de insectos y de polillas, por lo que puede sustituir a la naftalina, que puede producir intoxicación y negativos efectos para la salud, sobre todo de nuestros niños.
En forma de enjuagues, sirve para tratar las afecciones bucales, y su loción contribuye a evitar la caída del cabello y la regeneración capilar.
Son innumerables sus cualidades.
Adecuado para bronquitis, sinusitis crónicas, gripes, micosis cutáneas, ginecológicas y digestivas, acné, soriasis, escaras y úlceras varicosas, inapetencia, dispepsia, colitis y flatulencia, artritis, reumatismos, neuralgias, ansiedad, psicosis, depresión, gingivitis, aftas, parondontosis…
Son muchos los preparados que pueden realizarse para extraer todos sus principios activos, para el alivio y la cura de todas las dolencias señaladas: puede macerarse en aceite vegetal, pueden elaborarse tinturas, infusiones, ungüentos, pomadas, mantecas, con sus hojas y con sus frutos, las bayas (con las cuales se fabrica el famoso jabón de Alepo). Debemos evitar la exposición al sol en caso de que lo usemos externamente, ya que pueden producir fotosensibilización.A partir de la destilación de sus hojas, las cuales contienen entre otros, el valioso 1,8 cineol obtenemos el HIDROLATO DE LAUREL y el ACEITE ESENCIAL DE LAUREL.
El hidrolato de laurel es purificante y antiséptico, ideal para el tratamiento de las pieles mixtas y grasas y para evitar la caída del cabello. Es también, un eficaz antiséptico bucal, muy útil para tratar aftas y otros problemas bucales, o como un simple enjuague bucal. Además, su refrescante aroma a laurel, será un ambientador desinfectante para el hogar y un buen acompañante para múltiples recetas de cocina. Puedes encontrar recetas y formas de uso en nuestro blog.
El aceite esencial de LAUREL, a nivel psicoemocional, favorece la memoria y la concentración, siendo imprescindible para todos los que deben superar cualquier prueba -laboral, de estudios, una separación, una enfermedad, cualquier cambio vital, incluidos cambios de hábitos, adelgazar, dejar de fumar…,refuerza la voluntad y la confianza en uno mismo y el valor para sacar adelante cualquier proyecto al que nos enfrentemos.
Especialmente útil para los que fuerzan el chacra de la garganta, para los que tienen dificultad en expresar sus emociones, para superar el miedo al rechazo.
MANTECA DE LAUREL o ACEITE DE BAYAS DE LAUREL
Es una manteca calmante, que se emplea en casos de quemaduras, abscesos, acné, eczema, psoriasis, procesos de alergia cutánea, costra láctea, etc. Se puede aplicar en fricciones en zonas doloridas, para dolores reumáticos y articulares.

UNGÜENTO DE BAYAS DE LAUREL (UNGUENTUM LAURINUM)
Se utiliza aplicándose en forma de masaje en zonas doloridas, para casos de reumatismo, dolores ciáticos y dolores cólicos.
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Un comentario en “Laurel, el héroe”