Anotaciones visuales al programa de radio de El Jardín de la Salud, en Radio Camargo, que le dedicamos al Trébol.

Junto al trébol, los leprechauns, estos pequeños seres de la mitología irlandesa también se han convertido en emblema del día de San Patricio. Michael Page nos cuenta, en su Enciclopedia de las cosas que nunca existieron, que los leprechaun son fabricantes de zapatos, por eso es que en verano se oye el repiqueteo de sus martillos por las praderas. Su descripción física atiende a un diminuto ser vestido de verde, con un delantal de cuero, un sombrero y zapatos con hebillas. De igual modo, el leprechaun es muy famoso por conocer el paradero de muchos tesoros. Por esta causa muchas veces aparece representado con un pequeño caldero de oro.


Trifolium pratense, L.
Esta leguminosa muy común, por su vigoroso crecimiento simbolizó la energía vital. Ya desde Egipto se encontró al trébol como un símbolo mágico de suerte, como símbolo de buen augurio. Los egipcios se lo daban a sus amadas como signo de amor eterno y las madres se lo colgaban a sus hijos, para protegerlos de espíritus malignos.
La diosa Isis era alabada con tréboles en sus templos, y funcionaba como amuleto contra el mal de ojo.
Sin ninguna duda, el trébol tiene gran simbología y si hay un país que se relaciona con este símbolo, es Irlanda. Esto se debe a que, durante el siglo V, San Patricio fue el misionero encargado de introducir el cristianismo, establecerlo y transmitirlo a este pueblo.
San Patricio fue el que utilizó por primera vez el símbolo del trébol de tres hojas, o shamrock como representación del cristianismo, para explicar a los nativos el dogma de la Santísima Trinidad, que no acababan de entender; el santo lo ilustró a través de una hoja de trébol. Cada lóbulo representaba a cada uno de los miembros de la Trinidad, esto es, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, que, a su vez, estaban unidos por el mismo tallo, ya que los tres son uno, que es Dios.
El trébol es una planta que se puede ver fácilmente en la laderas de este país, Irlanda, por lo que el símbolo del trébol como símbolo de la religión cristiana era una muy buena idea, que enlazaba con las tradiciones celtas y paganas de la cultura ancestral de ese territorio, con lo que de alguna manera se cristianiza de nuevo un símbolo pagano que aunaba los significados de religión y patria de alguna forma, y que sigue perteneciendo al acervo cultural del pueblo irlandés.
El shamrock, por tanto, como así llamaban a esta planta joven de 3 hojas, y cuyo nombre deriva de una palabra gaélica, que era ya entre los celtas sagrado y se le atribuían propiedades mágicas, se convirtió en uno de los símbolos de Irlanda y posteriormente fue adoptado como símbolo incluso del nacionalismo irlandés a partir del siglo XVIII.
Desde los albores del cristianismo, por tanto, el trébol de tres hojas simbolizó la Santísima Trinidad. El cristianismo uso también el número 3 para una gran cantidad de ternarios: tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad, o la tríada “amor, sabiduría, verdad”; 3 fueron los Reyes Magos de Oriente, símbolos de las tres funciones del Rey del Mundo en la figura de Cristo naciente: Rey, Sacerdote y Profeta, y 3 fueron sus ofrendas: oro –símbolo de la realeza-, incienso –símbolo de la pureza del sacerdocio-, y mirra –la resina más amarga… el don de la profecía-. David vivió 33 años; Jesús murió a los 33 años;
Pero el numero 3 tiene un valor simbólico fundamental y universal que también aparece en otras religiones:
Para los budistas, es la Triple Joya o Triratna: Budha, Dharma y Sangha; en el Egipto ancestral, el triángulo divino está formado por Isis, Osiris y Orus; en el hinduismo, la trinidad se expresa como Brahma, Vishnu y Shiva, los aspectos productor, conservador y transformador de la creación, y son 33 los dioses que expresan la perfección. 3 son los estados del mantra “Om”- y 33 cuentas tiene el rosario islámico.
Hay que ver lo que esconde el número 3, pero no es esto lo que llamó mi atención. No fueron las 3 hojas del trébol, sino unos dibujos que contenían estas hojas.
Estos dibujos me desconcertaron, por desconocidos. Anda que no he visto yo tréboles en mi vida, y en mis andanzas por los campos y montes. Sin embargo, estos tréboles de mi jardín tenían un dibujo que nunca había visto, increíble¡¡¡
Rápidamente, aún sin darle tiempo al trébol a hablarme, me lancé sobre mis gruesos manuales de etnobotánica y plantas, buscaba desesperadamente una explicación a esto que estaba viendo¡¡¡ Encontré un grabado de Nuñez, en el Dioscórides renovado de Font Quer, en el que se reflejaba una mancha de las hojas del trébol, que se interpretaba como una señal, un signo, una marca!!!!
Ya conocéis, los que me seguís, porque hemos hablado en charlas y talleres varias veces, de la Teoría de las signaturas, la teoría del signo o de las señales, tan propia de los hombres que se pierde en la lejanía de los tiempos y aparece en cualquier rincón del planeta, y en todos los pueblos, culturas y civilizaciones vinculadas con la naturaleza. Esta teoría se sintetiza en los términos que utilizó Paracelso, que fue quien la definió como tal, partiendo del hecho de que todo vegetal está señalado por la naturaleza y para lo que él nos significa para aquello es bueno. Las plantas desvelan sus secretos, o sus virtudes para nuestros remedios, a partir de su forma, de su color, de sus marcas, de su manera de vivir, de los sitios en que se crían, de sus órganos y partes, de su olor y sabor, es decir, de señales, signos o signaturas que nos recuerdan a un órgano de nuestro cuerpo al que pueden sanar.
Bien, pues debido a esta determinada marca o señal que aparece en las hojas del trébol, se le denomina en catalán al trébol, como herba de la desfeta, desfeta que significa en catalán catarata, por lo tanto, se llamaba la hierba de las cataratas, porque se identificaba este dibujo de las hojas, con la forma de las cataratas en los ojos, indicando que era buena para curarlas.
Sin embargo, el trébol de mi jardín no tenía esa marca, al menos tal cual se representaba en el grabado citado, que, por cierto, podéis ver (que podéis ver en el grabado del post en mi página web que acabo de publicar).
No, no era la forma de una catarata, lo que estaban viendo mis ojos.
Los tres lóbulos del trébol, las tres hojas de mis tréboles, dibujaban la perfecta, clara, limpia y exacta figura geométrica de un triángulo. Un triángulo equilátero perfecto, bueno, en realidad, varios, unos con la punta hacia arriba, y otros con la punta hacia abajo.
Y nos encontramos entonces, con una forma geométrica universal y fundamental, en el dibujo que aparece en las hojas de una planta.
Todas las culturas antiguas de que tenemos referencias, incluidos cristianos, hindúes, griegos y egipcios, han reconocido patrones o formas geométricas que se repiten en toda la naturaleza. De hecho, ya Pitágoras y sus seguidores de la Escuela Pitagórica ya conocían que todo lo que conforma el Universo está construido en clave de geometría, desde un girasol, hasta una alcachofa, una estrella de mar, e incluso las propias proporciones que conforman nuestro cuerpo. Reconocer en todas las formas vivas del planeta estas claves geométricas nos hace sentir pertenecientes a un todo universal, a un Gran ser viviente al que pertenecemos y con el que estamos conectados, como nos recuerda tantas veces Palmira Pozuelo en sus charlas, escritos y conferencias.
Esto es especialmente apreciable en el mundo vegetal, con sus formas originales, caprichosas, y geométricas. El encuentro de esta especie de Geometría sagrada en las plantas medicinales se ha interpretado con una visión profunda y espiritual de lo que somos, de nuestra esencia como humanos, y como seres vivos conectados con los seres vegetales.
Por ejemplo, las células de un panal de abejas son hexágonos, y la concha de un caracol es una espiral. Panal y caracol, estos patrones y formas comunes llegaron a ser conocidos como la geometría sagrada. Se fueron desglosando en varios números, fórmulas matemáticas y símbolos específicos que los antiguos creían que eran los bloques de construcción para todo en el universo.
El conocimiento de estos símbolos sagrados y fórmulas matemáticas permitió la construcción de muchos edificios históricos, como las grandes pirámides de Egipto, el Partenón griego y los intrincados templos que se encuentran en toda América del Sur y Central.
Fijaos, desde el minúsculo trébol de mi jardín viajamos a las pirámides de Egipto¡
La ciencia moderna apoya esta teoría. Se ha encontrado que las formas moleculares que forman la base de la vida son, de hecho, muchos de los mismos patrones identificados por las culturas antiguas.
Los triángulos son uno de los símbolos más usados y de mayor importancia dentro de la Geometría. De todos los símbolos geométricos en cualquier civilización y cultura, el triángulo es uno de los más conocidos, poderosos y versátiles. Sin lugar a dudas, estamos ante uno de los primeros símbolos que el ser humano fue incorporando a su cultura hasta convertirse en atributo de dioses y reyes. El triángulo está asociado con el número 3, representando a todos los conceptos que están formados por tres componentes como el caso de los reinos naturales: reino mineral, reino vegetal y reino animal, o los 3 atributos divinos: fuerza, belleza y sabiduría.
El triángulo simboliza la perfección y representa a la figura divina en cantidad de religiones y ritos. En el cristianismo es el símbolo de la Santísima Trinidad, porque cada uno de los tres componentes tiene la misma importancia, por esto el triángulo que los representa es equilátero. Para el taoísmo, el ternario representado por el triángulo encierra los secretos de la Creación, el Principio de todas las cosas dentro de nuestro Universo que la obra de Lao-Tse descifra de forma tan elocuente:
«El Tao engendró a la Unidad,
la Unidad engendró a la Dualidad,
la Dualidad produjo la Tríada,
la Tríada dio vida a todas las cosas.»
El triángulo como símbolo del Ternario es la imagen perfecta, la primera forma que adquiere el Gran Arquitecto, en Si mismo infinito y sin límites, para hacerse inteligible al hombre.
La Masonería adopta el Ternario como uno de sus principales símbolos: Es el ojo triangulado e iluminado que tantos ríos de tinta hace correr, es la representación intangible de la Unidad. En las logias y sociedades secretas los tres ángulos del triángulo tienen un gran significado. Representan a los tres pilares principales que toda logia que se precie, debe tener bien presente: la sabiduría, la belleza y la fuerza.
No es de extrañar que el triángulo con el paso del tiempo se haya convertido en uno de los símbolos emblemáticos para todo amante de la conspiración y de las sociedades ocultas.
La fascinación que el triángulo ha producido al ser humano desde sus primeros días, también se ve reflejada en el mundo de las estrellas y las constelaciones. Y, como no podía ser de otro modo, cuando se empezaron a poner nombres a los grupos de estrellas el vocablo «Triangulum» quedó adjudicado en ambos hemisferios.
Los griegos y romanos siguiendo la escuela Platónica consideraban al triángulo como la primera de las figuras. En segundo lugar, creían que estaba el cuadrado y la tercera figura en importancia era el pentágono. Es símbolo Pitagórico que representa a la sabiduría, la verdad y la clave de todas las cosas. Y está en la base de la sección áurea, llamada también “proporción divina”.
Con la punta hacia arriba es un símbolo solar y representa la vida, el elemento fuego de la alquimia y el sexo masculino, la potencia genésica, el “lingam” del Hinduismo. El triángulo con la punta hacia abajo es lunar y simboliza el principio femenino, la matriz, la Diosa, la Gran Madre, y corresponde al símbolo alquímico del agua y del sexo femenino, el “yoni” (significa matriz) del hinduismo.
Ambos triángulos, tanto con la punta hacia arriba como con la punta hacia abajo, están señalados en los tréboles de nuestro jardín. Y tanta simbología debe corresponder a una planta con importantes propiedades medicinales y comestibles, a pesar de su minúsculo tamaño, que os cuento en el programa de radio de la próxima semana, y pronto tendréis disponible su podcast en esta misma web.
Un comentario en “EL TREBOL, LAS CATARATAS Y EL TRIÁNGULO SAGRADO”
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