CIMBALARIA (Cymbalaria muralis)
Conocida con los nombres comunes de coqueta, corrihuela, manto de la Virgen, palomilla de muro, hierba del campanario o picardía, su nombre genérico Cymbalaria proviene del griego {kymbalon} que significa «címbalo», por la semejanza de las hojas con dicho instrumento musical[1]. El epíteto específico muralis procede del latín y significa «de los muros o paredes».
Aparece y desaparece de los muros, por arte de magia
De dónde ha salido si hace unos días, no había nada entre estas piedras? Esta plantita es su propia jardinera, ella misma se siembra a sí misma, su método de propagación es poco común y muy original, os voy a contar cómo lo hace:
Le encantan las grietas y fisuras de las piedras, paredes y muros, con la rara habilidad de buscar la luz con sus llamativas flores de abundante néctar para captar la atención de abejas y abejorros polinizadores, a los que, a pesar de su pequeñito tamaño, ayudan a dirigir su camino hacia su polen delicioso, marcando su ruta con las líneas cromáticas de sus pétalos, llamadas guías de néctar. Una vez polinizada, esta plantita busca la oscuridad, y sus tallos se repliegan hacia la oscuridad de las grietas, donde sus semillas son empujadas a un entorno húmedo y protegido donde más tarde germinará.

Sus pequeñitas flores atraen por su belleza, la combinación cromática armoniosa, entre violetas, blancos, amarillos y naranjas, que cuelgan entre sus largos y delgados zarcillos.
Y para asegurar todavía más su descendencia, algunas de sus muchas semillas volarán pegadas a su fruto, o serán transportadas por las hormigas, que las llevarán, como sus ayudantes jardineras, a las fisuras donde ellas viven.
Además de muy ingeniosa, es muy bella. Ha enamorado a botánicos, jardineros, pintores, artistas…aparece en farmacopeas antiguas y en cuadros renacentistas italianos. Nativa de Europa mediterránea, algunos atribuyen su origen a Italia, yo creo que por el amor y el gusto italiano por la belleza artística, aunque ya se encuentra naturalizada por todo el planeta.
Se cree que sus semillas llegaron a las Islas Británicas ocultas en algunas esculturas de mármol que viajaron desde Italia hasta Oxford[2]
Hojas y flores son medicinales y comestibles.
Hermosa y medicinal. Se ha empleado tradicionalmente en infusión como tónica y diurética, para problemas hepáticos y diabetes, para combatir el escorbuto. Externamente, en llagas, heridas, quemaduras, sabañones o eccemas. La planta fresca y machacada, puede aliviar un dolor de cabeza, y sobre las heridas, puede cortar la hemorragia, desinfectando y ayudando a su cicatrización, calma y alivia quemaduras e inflamaciones de la piel.
En la Jacetania -Huesca-tradicionalmente se aplicaba en forma de cataplasma para curar heridas y reducir las inflamaciones, y se ingería antaño como verdura porque así «se robustecían los niños»[3].
“Si crece la planta en las paredes de una casa, las chicas casaderas no se casarán”[4].
Ingeniosa, bella, medicinal…y comestible. Aunque su sabor es bastante amargo, las podemos añadir a las ensaladas, a las que para equilibrar sabores, podemos añadir algo más dulce como zanahorias, naranjas, frutos secos o semillas tostadas[5].
Contiene flavonoides, taninos, ácidos y mucílagos. Cocidas o salteadas como si fueran espinacas, mejoran su sabor. Son una fuente importante de vitamina C, con demostrada actividad antiinflamatoria, antimicrobiana, antitumoral y antiviral.
[1] https://esmediterrani.info/2014/05/28/los-instrumentos-musicales-en-la-antigua-grecia/
[2] Aparicio, R.; Barba, E. Una flor en el asfalto, pág. 62.
[3] Citado en Hecho. Villar, L., J.M. Palacín, C. Calvo, D. Gómez & G. Montserrat. 1987. Plantas medicinales del Pirineo Aragonés y demás tierras oscenses
[4] Parada, M. 2008. Estudi etnobotànic de l’Alt Empordà.
[5] Lema Costas, C. et al.: Bienaventurada la «maleza» porque ella te salvará la cabeza. Usos de 113 plantas silvestres de los campos norteños, Ed. Rosa Negra, 2016. Fichas de plantas comestibles.