De las cerca de 1.500 variedades de Thymus que hay, vamos a hablar de ésta, que el el Thymus mastichina, tomillo blanco o mejorana española, que nos lo ha traído nuestro amigo Andrés de Liébana. Hay que distinguirla de la mejorana dulce o francesa -Origanum majorana-, que es la auténtica mejorana, y un orégano, por otra parte, con propiedades sedantes y relajantes, muy distintas a las de esta variedad.
También conocemos alguna otra variedad, como el tomillo limonero -Thymus citriodorus-
el Thymus vulgaris, tomillo simplemente,
el tomillo salsero -Thymus zygis-, el tomillo serpol -Thymus serpyllum-, o el tomillo cabezudo -Thymus capitatus- muy común en las Baleares y sur de España, y hasta ahí nuestros conocimientos tomilleros.
Pero vayamos con el que nos ocupa: la mejorana española o tomillo blanco es muy buen anticatarral y expectorante, posee un carácter estimulante y tonificante. De aroma intenso, herbal y agreste, que recuerda al eucalipto,por su alto contenido en cineol (de un 55 a un 75%).
El tomillo, en cualquiera de sus variedades, es una de las plantas con mayor número de virtudes.
Se usa tradicionalmente en infusión o inhalaciones, para combatir el resfriado y la gripe.

Un baño con unas gotas de aceite esencial de tomillo blanco combate la tensión mental. O ese mismo baño con una infusión de 500 gr. de tomillo hervidos 2 minutos en 5 litros de agua, fortifica y alivia la artritis y el reuma.
Mezclado con cardamomo y jengibre, con un buen aceite portador, alivia la tos bronquial y facilita la respiración.
Calma los dolores musculares, aplicado junto al romero y vetiver.
El tomillo es uno de los ingredientes fundamentales en las preparaciones destinadas a la curación de eccemas, alergias, acné, eritema solar, impétigo, etc.

La infusión de tomillo también se usa para desinfectar heridas y para elaborar dentífricos, y en lociones contra la caída del pelo.
La esencia de tomillo es más desinfectante que el agua oxigenada.