En nuestro espacio radiofónico de El jardín de la salud, le hemos dedicado una programa a una planta, y a su aceite esencial sobre todo, que debiera de ser imprescindible en nuestro botiquín familiar, se trata del árbol del té, que en su nombre me recuerda a Santillana del Mar, que ni es santa ni es llana ni tiene mar, ya que el árbol del té ni es en realidad un árbol, ya que es un arbusto que no llega a sobrepasar los cinco o seis metros de altura, ni es el componente de nuestras bolsitas de té, cuyas hojas proceden de la Camelia sinensis, aunque hubo un momento determinado en la historia que sí se tomó como tal, no es por ello por lo que consiguió fama mundial, sino por sus otras enormes y variadas cualidades, concentradas en la esencia que se extrae de su destilación.
Los avances tecnológicos han permitido conocer con exactitud la composición bioquímica del aceite esencial extraído de las hojas y corroborar científicamente las numerosas propiedades terapéuticas que le han hecho tan famoso y utilizado. Es una sustancia extremadamente compleja que contiene más de 48 componentes orgánicos principales.
Las moléculas principales del aceite esencial de árbol del té pertenecen a la familia de los alcoholes y de los terpenos. Los alcoholes terpénicos tienen excelentes propiedades anti-infecciosas de amplio espectro: antibacterianas, antivirales, antiparasitarias, antifúngicas. También ayudan a modular nuestras defensas inmunitarias.
Los terpenos tienen, entre otras, propiedades descongestionantes de las vías respiratorias y son buenos antisépticos atmosféricos.
La suma total de todas estas moléculas (el totum), nos da un aceite esencial realmente excepcional que no debe faltar en el botiquín de primeros auxilios de nuestros hogares, siempre y cuando, claro está, que sepamos utilizarlo adecuadamente.
Propiedades más destacables del aceite esencial de árbol del té:
– Es un potente antiviral y antibacteriano.
– Sus propiedades anticatarrales, expectorantes y balsámicas ayudan a superar exitosamente cualquier patología respiratoria e infecciosa.
– Es estimulante del sistema inmunitario.
– Es un fungicida excepcional, muy útil para tratar cualquier micosis cutánea, bucal, intestinal o vaginal.
– Es útil en verano para las quemaduras solares o picaduras de insectos.
– Es un buen descongestionante venoso y linfático.
Además tiene propiedades radioprotectoras y se usa junto con el niauli (melaleuca quinquenervia) para evitar la quemaduras provocadas por radioterapia.
Principales indicaciones:
– Infecciones respiratorias, catarrales bacterianas o virales (bronquitis, resfriados, sinusitis, faringitis), gripe, anginas, dolores de garganta persistentes e infecciones bucales
– Infecciones ginecológicas: herpes genital, leucorrea, candidiasis, infecciones urinarias
– Varices, hemorroides
– Llagas, soriasis, acné, micosis cutáneas, pie de atleta
– Pediculosis
– Parasitosis intestinal
Además es un excelente repelente de insectos, desodorante en jabones y anticaspa en champús. Y añadido a la pasta dental, adecuado para higiene y blanqueamiento.
Algunas Aplicaciones prácticas y fáciles que os recomiendo:
– Para desinfectar una herida basta con aplicar directamente un par de gotas de aceite esencial (AE) de árbol del té y repetir hasta que la herida se haya curado.
– Para combatir la caspa, añadir 2 gotas del AE directamente en la dosis de champú y lavarse el cabello.
– Para evitar infestaciones con piojos, aplicar 1 gota de AE detrás de las orejas y en la nuca. (¡Aunque huele algo fuerte, es eficaz!)
– Para la higiene bucal y un blanqueamiento natural que respeta el esmalte, poner una gota de AE en la pasta de dientes y cepillarse los dientes.
– Para limpiar y desinfectar cualquier superficie preparar un litro vinagre al cual habremos añadido 30 gotas de AE.
En general, el aceite esencial de Árbol de Té se tolera muy bien. Todo el mundo puede beneficiarse de las propiedades de este aceite esencial, salvo las mujeres que no hayan superado los 3 meses de embarazo, en lactancia y los bebés de menos de 1 año.
El aceite de árbol de té sólo debe ser utilizado por vía tópica, no debe ser ingerido ni entrar en contacto con los ojos. Es tóxico si lo ingieren los animales domésticos.
Si se quiere aplicar por vía cutánea en superficies amplias, deberá diluirse, ya que tiene componentes que son irritantes al contacto con la piel. Se debe tener en cuenta que tiene propiedades similares a las de la cortisona.
Y para finalizar, unas recomendaciones muy importantes que conviene que tengáis en cuenta a la hora de comprar vuestro árbol del te.
Conviene que os aseguréis que el producto que compráis es 100% puro y natural, que cuenta con una certificación no sólo que protege el uso sostenible de su recolección, sino que garantice su calidad y su pureza, cumpliendo con los estándares internacionales, que esté sin adulterar.
Es importante que sepáis distinguir cuándo compráis un aceite esencial de árbol del té puro y cuándo un aceite de árbol del té diluido.
Si no lo compráis puro, sino diluido, debemos buscarlo en concentraciones diluidas de entre un 0,5% y un 1%, preferiblemente mezcladas con un aceite portador menos reactivo como el de argán o el de coco.
Y como siempre, dejaos guiar por un profesional de la aromaterapia para su correcta aplicación en formulaciones más complejas.